Frontera norte: asesinato de menor en manos de la Patrulla Fronteriza estadounidense

Lloran a Sergio Adrián en Ciudad Juárez (@La Jornada)

El 7 de junio, Sergio Adrián Hernández Güereca, un joven mexicano de 15 años, fue asesinado por elementos de la Patrulla Fronteriza estadounidense en la frontera entre El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua.  Según representantes policiacos estadounidenses, el disparo que mató Sergio Adrián constituyó un acto de auto-defensa, dado que, en su versión, Sergio Adrián era parte de un grupo de jóvenes que tiró piedras a elementos de la policía fronteriza después de la detención de dos mexicanos que supuestamente estaban intentando cruzar la frontera. Los familiares de Sergio Adrián no concuerdan con esta versión: su madre, María Guadalupe Güereca, declaró recientemente que está «convencida de que no [él] era ningún delincuente, y mucho menos que pretendiera cruzarse a Estados Unidos.» Frente al Ministerio Público, dos testigos aseveraron que Sergio Adrián no era migrante ni pollero, que en vez de eso «tuvo la desgracia de parecer ilegal ante la vista de los agentes de Estados Unidos.»

Agencias gubernamentales de ambos países han lanzado investigaciones sobre los acontecimientos que resultaron en la muerte de Sergio Adrián: la Procuraduría General de la República (PGR) en México y la Oficina Federal de Investigación (FBI) en EEUU.  Los hallazgos iniciales de las investigaciones demuestran que el agente estadounidense responsable de la muerte de Sergio Adrián cruzó la frontera para perseguir al grupo de jóvenes.  De hecho, el FBI ha reconocido que elementos del ejército mexicano ahuyentaron a agentes policiacos estadounidenses que se encontraban investigando el caso del lado mexicano de la frontera.  La PGR ha declarado que se podría demandar la extradición del policía presuntamente responsable del asesinato a México. Legisladores mexicanos de varios partidos han exigido esta semana que el gobierno federal demande esta extradición.

El asesinato de Sergio Adrián ha provocado una fuerte reacción de repudio en México y en algunos sectores de EEUU.  El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) declaró esta semana que el asesinato se dio por el clima de «intolerancia que se vive en Estados Unidos en contra de personas que por su apariencia física son criminalizadas,» lo cual es «producto de expresiones extremas de racismo y xenofobia.» Una agrupación de organizaciones civiles de derechos humanos mexicanas que incluye Amnistía Internacional-Sección México, Sin Fronteras, la Academia Mexicana de Derechos Humanos (AMDH), Idheas, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia y la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos criticaron la respuesta del gobierno federal frente a los hechos hasta la fecha, declarando que «hasta hoy el gobierno ha hecho una tibia defensa de las agresiones contra los migrantes; por ello se siguen cometiendo estas atrocidades. Es momento de que se haga un fuerte y contundente reclamo de justicia y castigo para los responsables de esos crímenes.» Emilio Chávez Herrerías, director ejecutivo de Sin Fronteras, enfatizó que el asesinato de Sergio Adrián no es nuevo. Este tipo de agresiones, de crímenes contra mexicanos, suele pasar en Estados Unidos.» La diferencia en este caso, dijo, «es que se grabaron [los acontecimientos], que hay testimonios de denuncia, están identificados los responsables.

Por su parte, la directora de Amnistía Internacional (AI) en Estados Unidos, Susan Lee, denunció la respuesta «gruesamente desproporcionada» de la Patrulla Fronteriza a los tiradores de piedras, y declaró que los disparos que mataron Sergio Adrián «violan las normas internacionales que obligan a las policías a emplear armas de fuego como último recurso en respuesta a una amenaza mortal inmediata.» María Guadalupe, la madre de Sergio Adrián, espera promover una denuncia a nivel internacional para evitar la impunidad, dado que, según ella, «el gobierno mexicano está vendido al de los gringos.»

El asesinato de Sergio Adrián ocurrió una semana después del fallecimiento del migrante mexicano Anastasio Hernández Rojas en un hospital deSan Diego, California, tras haber sido brutalmente golpeado y sometido a choques de pistolas eléctricas por elementos del Patrulla Fronteriza.  Las dos muertes se dan en un contexto de endurecimiento de la política migratoria en Estados Unidos, como quedó reflejado  tanto en abril con la aprobación de una ley anti-inmigrante en el estado de Arizona, como a través del anuncio del presidente Obama a fines de mayo que ordena el despliegue de 1.200 elementos de la Guardia Nacional a la frontera con México.

Para más información:

«¿Por qué mi hijo, si nada malo hacía?» (La Jornada, 10 de junio)

Los tiros se hicieron de cerca, en el lado mexicano, afirma forense (La Jornada, 10 de junio)

Pretende la PGR que sea juzgado aquí el agente que mató al menor (La Jornada, 11 de junio)

Ofrece FBI intensa pesquisa del ataque de la Border Patrol (La Jornada, 11 de junio)

Legisladores exigen a Calderón solicitar extradición del homicida de Sergio Adrián (La Jornada, 11 de junio)

Apremian al gobierno federal a asumar postura ‘firme’ y ‘digna’ (La Jornada, 10 de junio)

Tibia respuesta del gobierno federal al asesinato del adolescente, critican ONG (La Jornada, 11 de junio)

Video demuestra la brutalidad contra Anastasio Hernández (La Jornada, 10 de junio)

Para más información de SIPAZ:

México: Frontera Norte, Frontera Sur – paralelismos (marzo de 2010)

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